jueves, 18 de mayo de 2023

Ironías de la huida










Dije nunca y el tiempo
nos ha contagiado la risa
¿recuerdas qué veían mis ojos
cuando te miraban aquel agosto?

 
Te aluciné como a un oasis y te quedaste,
te dije “mira todos mis rincones”
y te pusiste a limpiar el polvo.
 

Con papel de lija por piel
consigues hacerla terciopelo,
deshacerme junto con el humo
que sale de tus carcajadas.
 

Sé que siempre volverás
aunque no llegues a irte,
eres la paz del amanecer en la playa
y de después de un bombardeo,
de una calada,
o un mensaje
“ya estoy en casa”.
 

Se acabó el contorsionarme
para contentar a un público que no es el mío
en el circo que montarías tú.
Ya no más “hazme daño
si así te curas”.
No, tú has cumplido todas las promesas
sin llegar a hacérmelas siquiera. 

Y eso sí que tiene gracia.