jueves, 22 de febrero de 2024

Sanación

 










Me cansa la batalla
que nadie sabe que está ocurriendo.
Las explosiones, los tanques,
los crímenes de guerra
hacen ruido
y solo los oigo yo
porque solo suenan
en mi cabeza.
 

También las puñaladas traperas,
los laberintos sin salida
diseñados para correr
huyendo de sus paredes
ahora hechos cenizas,
casi imposible caer en sus redes.
 
Aún con sudor frío,
las cuerdas de mis tobillos
me mantienen presa por unos hilos:
La muerte de mi pesadilla
no podía ser elegante.

Llega la ayuda
y tiene que sumirme en la oscuridad radiante,
esperar a que se dilaten las pupilas
y entonces enseñarme la luz
dejar que se grabe en mi piel,
como estrías
que se adentre en mi sien
como un pensamiento
que vuelve
y vuelve
y vuelve.
 
Con los ojos cerrados ahora veo blanco
me giro y respiras a mi lado.
Estoy aquí
te siento tanto,
y no quiero volver nunca
a encerrarme dentro de mí.