jueves, 27 de enero de 2022

De lo peor, lo mejor

 










No sé si tengo sitio para nadie más,
aunque sé que soy real
hecha de carne y huecos,
a veces me parezco de cristal.

Bebo tanta agua para evitar brindar.
Me dan recuerdos los vasos al chocar
como chocó mi realidad
al caer desde un segundo encima de tu coche
y abollarlo un cuarto
de lo que me abollaste mi concepto de la verdad.
 

Creía conocerlo todo,
saber lo necesario,
que no me quedaba nada por descubrir,
solo vivir, ganar experiencia,
jugar a los Sims
con la vida.
 

Y llegaste a demostrarme que el terror
puede tener nombre y apellidos,
puede abrazarte cuando tienes frío,
sujetarte el pelo mientras vomitas
y hacerte un baño caliente para el dolor de espalda.
 

No todo son lecciones o bendiciones,
aunque lo parezca,
a veces es solo la oscuridad
que te envuelve y crea el túnel
para que puedas apreciar la luz
que parece existir fuera de él
que parece no llegar nunca
como si este se alargara al ritmo de tus pasos
y correr fuese, solo,
alejarte del principio
sin acercarte nunca al final.
 

Sí, el terror puede ser precioso
puede ser casi idéntico al amor
ahora sé lo que no sabía
y es que nunca nada es solo
jugar a los Sims con la vida.