Voy a crecer como una rosa
entre las grietas de paredes
que un día tuvieron cuadros
y esperar a que me recojas
como si no significara morir.
Van a crecerme pétalos entre las piernas
que querrás deshojar
como si lo necesitaras
para saber que sí te quiero.
Excusas baratas que agachan la cabeza
al encontrarse contigo
y mi sombra sonámbula
huyendo de tus palabras.
Me iría hasta el fin del mundo
con tal de no volver a escuchar tus gritos.
Haces que tenga que pedirme perdón;
dices quererme, y lo peor es que te creo.
A veces creo verme a través de tus ojos,
que he aprendido a confundir con los míos
como si hicieran constante competición
sobre quién puede verme peor.