martes, 22 de febrero de 2022

Bailando al borde de las copas


 









Te veo aprender solfeo
en el pentagrama que dibujas con tus manos
sobre mis piernas.
Cada vez que trazas una clave de sol,
este se pone en algún sitio
y yo, solo contigo.

Quitas la radio que empaña el interior del coche
y haces música susurrándome al oído.
Hace calor y solo quiero que me tapes.
Todo me da vueltas
pero no me mareas.

Y estas suben en algún mar,
como si no quisieran volver a bajar nunca
desafían a la luna
que nos mira por encima del hombro
como si no le diéramos celos
vistiéndonos enteros a besos
mientras nos desnudamos a contrarreloj
con el tiempo de enemigo.

Solo se para cuando me tocas
con la yema de tu dedo
y después, con el resto del cuerpo
mientras componemos una canción sin estribillo
solo para nuestros oídos
grabada a capella en un recuerdo.