El mundo
entero metido dentro de un globo de agua,
un niño a
punto de pincharlo con un alfiler
y el neceser
gritándole “por favor”
y a palabras
necias…
Una
conversación.
Y los pelos
de punta hasta el principio
de la lengua
de mis dedos
y mi pluma,
tu cuello y
otro atardecer.
Árboles
creciendo entre tus costillas,
tus dedos
por raíces.
Ceniza por
el suelo, tu cuello
y un jarrón
construyendo la ciudad.
Un beso y
convertirte en humo.
Tormentas,
pero no tengo miedo.
Salgo de mi
propia piel y la dejo en el suelo,
Eva me hace
el amor
y en mi
vientre creces tú.
Quince hasta
mañanas y tres cascabeles,
serpientes
mutiladas,
hormigas sin
escudo
obreros sin
seguro
para sus
hijos y tres secretos
cazados
poniendo cuernos
a todas las
cuervas de la ciudad
que
coleccionaban ojos
a quienes
las criaron como suyas.