Deseé que fuera ahí y casi lo fue.
Pensé que serías tú y casi lo fuiste.
Estás enganchado como un
quiste,
liado entre mis nervios
casi no se distinguen
tus células de las mías,
tu sombra de mis heridas.
Mi piel echa de menos tu
tacto,
mis huellas quedarse en
tu cuello
y nuestro bar, vernos
comernos la boca
cada miércoles de
madrugada.
No entiendo nada
y me repito que eso no
importa
me entiendo a mí
aunque casi consigo
entenderte a ti.
Casi me tropiezo
y tú casi me coges al
vuelo.
Vi tan cerca lo que casi
hubo
que es casi como si
hubiera pasado de verdad.
Casi me quieres
y yo casi no lo hago.
Me echaste el humo en la
cara
y no se me olvida la tuya
riéndote,
corriéndote, besándome la
mano.
Te daba miedo hacerme daño
y eso casi te frena
mientras yo aceleraba
y casi me libro del
accidente.
Mira que sabía que venía
el golpe
y aun así me ha
pillado en bragas.
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