jueves, 30 de diciembre de 2021

Espejismos










Casi puedo descifrar tus pupilas
entre la niebla y la falta de ganas.
Acariciando las teclas
me creo poema y persona
¿cómo hemos llegado hasta aquí?
 

Te has dejado todas las luces encendidas
y cuatro broncas en lo alto de la estantería.
Esto no puedes esconderlo
debajo de la manta del sofá.
 

Te han crecido antenas, cola y caparazón
según he dicho “a lo mejor, luego”
y tampoco te echo tanto de menos.
Total, ni siquiera te conozco.
 

Me rompo, por favor no me reconstruyas
como tú quieres que sea.
Por favor, no me corrompas
que ya estoy oxidada de caricias
de las que dejan moratones
y cicatrices con nombre.
 

Largo,
corto por lo sano
y me guardo lo podrido en el bolsillo:
No quiero volver a mirarte.
Lo que pensaba que era humo
resultaste ser tú.

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