lunes, 24 de mayo de 2021

Llamar fuerza a la resistencia

 











Volviste a llegar tarde,
se cerraron todas las puertas al unísono
y el portazo rompió las ventanas.
Ahora hace frío todo el rato.

Me han salido moratones con tus iniciales
que hacen juego con la funda de la almohada
en la que ya no sueño contigo,
pero me despierto con sus labios en mi cuello.
Te dije que siempre llegabas tarde.

Has sabido tanto,
has sabido tan bien
que no quiero volver a probar nada
que no sepa a ti.

Te he visto frío
y no he parado de temblar
hasta que me has destapado
y te has ido
sin llevarte las llaves.

¿A qué intentas jugar?
¿No ves que me has dejado ciega
y he tenido que dejar de buscar
el camino de vuelta a casa?

Has vuelto
y no sé qué estamos haciendo
pero no quiero parar.

Todavía te conozco:
he querido mirarte a los ojos
y me he encontrado de bruces
con tu caída libre.
Necesitar más y que cada vez den menos;
la bendición de un cínico
tres mentiras más tarde,
y es que siempre llegas tarde.

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