viernes, 21 de febrero de 2020

Llámalo X



















Déjame ser tu droga y la esclava seré yo.

Hoy el alma me pesa 42 gramos
en lugar de sangre
tengo las venas hasta arriba de libélulas
y del corazón me gotea leche condensada.

He aprendido tu lengua,
la he recorrido entera con la mía.
Me he enamorado en tu idioma
y he vuelto a quererme en el mío.
Mío Mío Mío.
Egoísmo plagado de más libélulas.
Podría suicidarme en tu risa
y seguir viva hasta el último día de tu muerte.

Tienes cicatrices con forma de signos de interrogación
y me he propuesto descifrarte,
hacerte (el) amor
y disfrazarte de algo un poco menos bonito.

Que tú.
Píntame los labios del color de tu sonrisa,
vísteme con besos
y construye una casa
con todo lo que habíamos prometido tirar a la basura.

Dame dos segundos
para enterrar mis complejos en septiembre
y medio más
para desenterrar los arcoíris
que un día guardé entre mis costillas.
Tengo uno por cada vez que deseé conocerte.
¿Quién soy? No te conozco.
Se me hace la boca purpurina
y la piel agua
bajo tus manos.
Empiezo a reconocerme.

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